jueves, 14 de mayo de 2015

Esos orígenes oscuros...


EL ORIGEN DE LA ÓPERA.

Antecedentes y ambiente en el que surge.

Ya en la Edad media la música había estado ligada a ciertas representaciones escénicas como los retablos y los misterios, pero siempre con un carácter secundario sin formar parte de la acción, sólo como fanfarria o intermedio.

En el siglo XV, en banquetes principescos como los del Duque de Borgoña, se dieron los primeros pasos hacia la acción musical, bajo el formato de ballets que servían de entretenimiento entre los diferentes platos de los banquetes, y a los que se denominaba entremeses.

Estos ballets cortesanos prefiguran la ópera como un fenómeno artístico completo que combina espectáculo, acción, decoración y música. El paso que no llegaron a dar fue el de dialogar cantando pero ya tenían esa aspiración a obra de arte completa que incluía diversas expresiones artísticas. Así el Ballet Comique de la Reine, que se representó en París en 1581 ante Enrique III con motivo de las bodas de su valido. Esta era una obra larguísima, duraba cinco horas sin interrupción, y bajo la coordinación del italiano Baldassare Belgiojoso intervinieron un versificador, un cantante y compositor para la música vocal, otro para la música instrumental, y un pintor del Louvre para los decorados y el vestuario.

Sin embargo, aún hay que esperar un poco para el verdadero nacimiento del género operístico, que se producirá en el ambiente de los cenáculos florentinos.

Giovanni Bardi era un gentilhombre florentino que reunía en su casa a un cenáculo de humanistas entre 1577 y 1582. Respecto a la música condenaban la polifonía que les parecía monótona y ruda y soñaban con una vuelta hacia la Antigüedad tal como la imaginaban con una  imitación del discurso por el canto”. Uno de los miembros del cenáculo, Vicenzo Galileo, compuso dos cantos monódicos y un acompañamiento de viola: Los plañidos de Ugolino de Dante y Las lamentaciones de Jeremías. No era una obra perfecta pero era algo nuevo, moderno.

También formaba parte del cenáculo un cantante, Giulio Caccini, que practicaba unos madrigales en los que la melodía seguía muy de cerca la expresión dramática de un poema.

En 1587 muere el Duque Francisco María de Médicis, aparentemente envenenado, y con su aparición el cenáculo de Bardi cae en desgracia y se dispersa.

En  1590 surge un nuevo cenáculo de intelectuales humanistas en torno a la figura de Jacopo Corsi, bajo la protección del nuevo Duque y enemigo de Bardi. En esta nueva cameratta el músico principal era Emilio de Cavalieri, que era el encargado de organizar los ballets cortesanos de Florencia. Se respetaba mucho sus recitaciones, que tenían un gran éxito entre el público.

En ese ambiente es donde otro músico, poeta, y compositor, Jacopo Pieri, que en sus comienzos había sido cantante y alumno de Caccini, el que se atreve a un experimento más atrevido de canto dramático y compone Dafne, una pastoral que se representa en 1594, sobre un poema escrito por Corsi con la ayuda de Ottavio Rinacci.

Tras ella, Corsi y Rinacci le encargan a Peri una Euridice que fue interpretada en 1600 en el Palacio Pitti con motivo del matrimonio por poderes entre María de Médicis y Enrique IV. Se considera por los diferentes historiadores que esta obra significa la primera ópera cronológicamente al ser la primera obra dramática cantada íntegramente. Hay que decir que algunas partes de la obra se copiaron de los antecedentes de Caccini. Ese mismo año Cavalieri estrenaba en Roma un melodrama religioso con que contenía partes de espectáculo: Representación del alma y el cuerpo.

Cacciani se considera despreciado como inventor del nuevo género representativo y compone una segunda Euridice, que se estrena en Florencia en 1602. Los componentes de cada cenáculo ignoran los méritos del otro, pero entre unos y otros ha surgido un nuevo género: la ópera.

La de Caccini, como corresponde a la composición de un cantante, es una obra en la que destacan las habilidades y adornos de la voz. La de Peri es una sucesión de solos, acompañados de un retornelo, coros y tríos, con un intermedio instrumental y una danza final, con lo cual la composición todavía es muy rígida y utiliza el énfasis para los momentos dramáticos.

En realidad los dos compositores tienen más la visión del cantante que la del compositor, y realizan unas obras concebidas más para el placer de los príncipes que como evolución de las formas musicales anteriores.

Será necesario para alcanzar un nivel de calidad elevado esperar a la tercera Euridice, la de Claudio Monteverdi, que con el apoyo del Duque de Mantua, Vicente, (fervoroso mecenas y amante de la música y de las otras artes, tanto que llega hasta a perder una parte de su Ducado para comprar una Virgen de Rafael), estrena el martes de Carnaval de 1605 la primera gran ópera, que actualmente se sigue representado bajo la admiración y el respeto general, bajo el nombre de Orfeo y Euridice.
Orfeo y Euridice es la ópera más famosa de Claudio Monteverdi. Como sabeis Orfeo quería tanto a Euridice que bajó a los infiernos a buscarala. Pues bien, cuando Claudio escribió esta ópera su mujer, su amada Claudia, estaba muriéndose.
Imaginaros las emociones que sentía Monteverdi en esos precisos momentos...
Beatriz Blanco

 

 

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