INFORMÁNDONOS
Vamos a la
Biblioteca y encontramos varios libros interesantes. Ente ellos “Una historia
de la música. De los orígenes a nuestros días” de Lucien Rebatet, Ed. Omega,
Barcelona, 1997.
Allí encontramos
antecedentes sobre el ambiente musical en el que surge el nuevo género. En la
Florencia de finales del siglo XVI se reunían intelectuales y músicos en salones
de tertulia en los que debatían sobre el posible agotamiento de la música coral por resultar repetitiva y
menos creativa, y a la vez se admiraba
la capacidad emotiva del canto singular y la fuerza de la poesía y de los
dramas clásicos.
Había un cenáculo
especialmente poderoso y formado por personas de elevada cultura que se empiezan
a representar madrigales, pastorales y cantos singulares.
En el ambiente
de cambios políticos de la Florencia del momento se produce un cambio de
influencia de una camarilla a otra de la que formaban parte varios cantantes.
Es en este cenáculo dónde se empieza a componer piezas dramáticas para una voz,
que en principio estaban compuestas por los cantantes y, por tanto, más
destinadas al lucimiento del cantante que a la calidad musical de la
composición.
El ambiente
está ya maduro para que surja el nuevo género de la ópera.
