jueves, 7 de mayo de 2015

Beatriz Blanco


Una de las maravillas del descubrimiento del nuevo género en el siglo XVII fue la maravillosa arquitectura a la que dió lugar.

Entre los teatros para ópera que se construyeron para acoger las representaciones destaca por su belleza y originalidad el Teatro Farnese de Parma. Es un teatro de arquitectura barroca realizada en madera, más elevado de la planta baja, en lo que correspondía a la planta primera del Palacio de los Farnesio en Parma.

El teatro se construyó en 1618, aunque se inaguró con posterioridad, en 1628, con motivo del matrimonio entre Odoacro Farnese y Margarita de Médici, con la representación de la ópera Mercurio e Marte, con música de Claudio Monteverdi, con una escenografía espectacular, llena de efectos especiales que asombraron al público de la época.

Durante la segunda guerra mundial quedó muy dañado pero se ha reconstruido con cuidado y actualmente se puede visitar y admirar.

 







         

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